La ciudad bosteza
Mejilla helada
contra el asfalto gris.
Desnuda
el alma.
Nadie me vio.
Piedras pequeñas
en la boca.
Gusto a tierra
en el corazón.
Sangre seca
en la sien del alma.
Rodilla herida
se afirma al suelo.
La siniestra también.
Limpia la boca,
aclara la vista,
la otra...
Esfuerzo brutal
que mueve el mundo.
De pie.
La ciudad bosteza.
Dibujan los desagues...
brechas en mi cara
y mojan el pecho.
Cada noche soy:
borracho
sin alcohol
drogadicto
sin narcótico
durmiente
sin sueño.
Iluminaba la luna.
Debajo de mi...
no había sombra.
Invisible, transparente.
Ignorado, atormentado...
Cada noche
acostumbrado...
José Andrés de Vera y Paysal
27 de junio de 2012
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