Rendidas de lujuria
Vaginas al cielo
esperando el viento
trajera el esperma
amarillo y suave
volando incierto.
Gemidos rosados
en sonoro silencio.
Orgía entre el verde,
vecinos discretos
las dejaron solas
trocaron silencio
por tibios colores
y perfumes tersos.
Solo yo fui testigo
del mágico encuentro
voyeur indecente
me perdonará el cielo.
Exaustas murieron
felices por dentro
labores cumplidas:
colores, perfumes
y frutos pequeños...
José Andrés de Vera y Paysal
26 de junio de 2012
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